jueves, 27 de mayo de 2010

Recuerdos

Jugaba en torno al viejo olivo. Tendría 6 o 7 años y me dedicaba a escarbar con unos amigos para sacar una piedra de grandes dimensiones. No había un objetivo claro, la única finalidad era desenterrar esa roca grande y sentirse por unos segundos pletórico de haber cumplido y traspasado una meta. Otro aliciente era pelar palitos. Quitarles la piel marrón y dejar al descubierto ese color blanco y brillante por la savia. Los palos ya no eran palos, pasaban a ser elementos mágicos y fantásticos.
Nunca me ha pasado esto. Siempre he escrito a borbotones. Bien o mal, eso no importa. Me relajaba delante del ordenador y me sentaba. Ver materializarse mis palabras era algo fantástico, relajante. Es cierto que materializaba mis problemas, que les daba forma física, pero con lo abstracto no se puede luchar, con lo tangible sí.
He oído que el buen escritor, sobre todo el de literatura infantil, escribe desde ese niño que lleva dentro. Eso es lo que pruebo hacer ahora. Anotó recuerdos, frases incoherentes, reprimiendo las ansías de escribir algo concreto que lo más seguro que no me lleve a ninguna parte.
¿Quién dijo…?

1 comentario:

  1. Hola Eduardo, escribir a borbotones, si, ciertamente es como cuando quiero recordar algo de cuando era pequeña, tengo flahes, vislumbro el recuerdo, cierro los ojos y parece que lo reviva. Tengo la duda de si lo recuerdo, pues porque lo recuerde sinmás o lo recuerdo por las veces que he oído la historia de los mayores de casa, esas tertulias que se hacían antaño alrededor del hogar, solo con las luces de las llamas, eso lo he vivido durante 11 años y eso no es un recuerdo explicado, de ello me acuerdo como si fuera hoy. Ayyy que recuerdos mas hermosos.
    Bss

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